sábado, 9 de mayo de 2009

El último superviviente

Que sí, que sí. Que cualquiera de nosotros ha vivido la experiencia de perderse en la selva amazónica, o en el desierto africano, o donde san Apapucio perdió la boina, y el marrón de tener que regresar por sus propios medios a la civilización. Pasándolas putas, of course.
Ya.
Y si aún no; pues seguro que alguna vez nos toca.
Eso, si aparcamos el Bemeuve, guardamos la plei, y damos un respiro al tabaco y a la birrita. Y si estamos tan gilipollas como para dejarnos caer por alguno de los lugares antes mencionados, y perdernos, claro.
Seguro que Peláez, mi vecino del segundo, barrigón y con dos niños, se ve alguna vez en la tesitura de tener que comer gusanos o cucarachas en algún lugar perdido de Borneo, para no morir de hambre.
Sí. No te jode...
Todo esto viene a cuento de un programa que emiten los fines de semana por la mañana (alrededor de las doce, o doce y pico) en Cuatro, y que se titula "El último superviviente". En él; a un payo inglés, militar de la armada de su majestad, tan mono, le dejan tirado en mitad de ninguna parte, armado con un cuchillo y un par de cojones, y teniendo que buscarse la vida.
O sea; que se la lían parda. Pero él aprieta los dientes, y arrea.
Ésto es; que viene a ser un "Lost", pero de un sólo tipo y sin J. J. Abrams.
Pero una cosa; tú frente a la tele lo pasas fatal. Pero fatal; ¿Eh? Que se te queda la aceituna del vermú ahí parada en el gañote, mientras ves al tipo sufrir que te peich...
¡Y venga a sufrir! ¡Y venga a padecer!
¡Un horror, vamos!
Y que digo yo... Éste pollo irá acompañado de un equipo. O al menos; de un cámara.
¿Y el cámara pasará por todas esas penalidades?
Yo creo que no. Vamos; que si yo fuera el cámara, no pasaría por eso. Lo tengo claro.
Y un inglés es más listo que yo... De largo.
Así que ahí lo tienes.
Con lo que me imagino la estampa: El soldadito muerto del asco, tragándose como puede algún asqueroso bicho para poder subsistir, y el cámara allí sentado, frente a él, zampándose su bocata de jamón, o de chorizo, o lo que coman los pérfidos sajones, y descojonao. Juar, juar. Mira que eres tonto, boy.
¿Quieres un poco, pá probarlo? ¡Ah, no! Que tú estás de supervivencia...
Pos hala, te jodes.
Y límpiate ahí, que tienes una patita de insecto en la comisura de los labios... Je, je.
Pues así, cada fin de semana.
Te recomiendo que lo veas. Que merece la pena, hombre.
Y ya ves; es que hay días en que esta entrada me la dan hecha.

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