sábado, 28 de febrero de 2009

Consultorio teatrero sentimental (y van dos)

Vale. Lo reconozco. Soy un desastre. Acabo de ponerme manos a la obra, para intentar actualizarme una miaja en todo lo que llevo con retraso y, al entrar en el correo, he sentido un temblor de piernas y un crujir de dientes cuasi bíblico; ¡Qué horror!
En fin; espero que todo el mundo sepa disculparme.
Debería contestar a cada uno de los remitentes de manera individual, pero como me conozco, y sé que por mucho que me esfuerce voy a ser incapaz, prefiero solucionarlo de una tacada. Seguro que me entendéis; ¿Verdad?
En primer lugar; D. Julio Pastor. Me alegra que te saliera tan bien lo del cumpleaños de tu chica. No me hiciste ni caso, y te la llevaste a ver a "La Cubana", pero te perdono. Son la leche, así que elegiste bien. Me ha sorprendido que haya sido ella quien te haya pedido que viváis juntos. Pensé que lo harías tú. Bueno; pues tú verás. Yo lo intentaba... ¿Por qué no?
A Adriana: lo último que he visto ha sido "Dos menos", con Alterio y Sacristán. ¡Qué grande es Alterio! ¿Sabías que hizo (hace muchos años) una versión de "Las Criadas" de Genet, interpretando el rol de la señora? La caña. Bueno; y qué grande es Sacristán, claro. Es capaz de ejecutar su rol a cien metros de donde tú estás sentado, y que parezca que lo tienes al lado. Es más; cuando le ves, jurarías que conoces al señor ese al que está interpretando. Que es tu primo, tu hermano, un cuñado, un vecino...
A Fernando G.: Todo el mundo dice que "Kind of Blue" es el mejor disco de Miles Davis. Mi preferido (el que me pongo para escribir) es "Ascenseur pour l'echafaud" (Curiosidad: éste disco es la banda sonora del film del mismo título de Louis Malle). Claro que, sobre gustos...
A Marina B. A ver; yo es que no veo mucho la tele. Quiero decir; veo series de tv, y alguna peli, pero programas, telediarios, etc... Pues no mucho. Si tuviera que ofrecerle un papel a alguien de la onda catódica, lo haría a Nuria Galimany. La chica del tiempo de Telemadrid (no sé; tengo debilidad con esa muchacha...) pero en fin; que es más un ejercicio teórico que algo que me haya planteado nunca. Supongo que para tu corto ya va bien, pero yo es que no me he visto nunca en la disyuntiva de ofrecerle un papel a una periodista, o a alguien que no sea del faranduleo.

A Nieves: Desconfía de quien no se ría nunca, o de quien se ría todo el rato. Desconfía de quien no beba, de quien no suelte algún taco, o no se ponga colorao cuando le das un beso. Y, sobre todo; pasa de rollos pseudo intelectuales. A mí no tienes por qué hacerme caso. Ni a nadie. Lee lo que quieras, ve al cine a ver lo que te apetezca, y gástate el dinero en el teatro que te dé la gana. Y no dejes que nadie dirija tu vida. ¿Quién tiene derecho para decidir lo que debe, o no, gustarte? Pasa mucho, tía. Y no te averguences de ver, seguir, sentir o ser fiel a algo o a alguien. Tu vida es tuya, y de nadie más.

A Beto; sí tengo muchos amigos argentinos. Y no, no suelo llamar bonaerense a alguien que haya nacido en la capital. Suelo llamarle porteño. Sí, dibujo (algo). Sí, estoy escribiendo esa puta novela que os habéis empeñado unos cuantos en que escriba. Y no, no voy a colgar una foto mía en el blog.

En fin; seguro que se me olvida algo (o alguien). Me pondré al día en la próxima; Ok?

jueves, 19 de febrero de 2009

Mi fantasma

Todo comenzó hace un mes, más o menos. Estaba hojeando la edición dominical del Diario de la Mañana, cuando fui a dar estrepitosamente, con todo el estrépito que provocaría al caer una soprano gorda, vestida de Valquiria, en la sección del periódico llamada "Guía Espiritual".
Ignoro por qué me detuve allí. ¿Los colores? ¿Las sorprendentes fotografías? ¿Los llamativos encabezamientos? Vaya usted a saber, oiga.
A todas luces enfocado a los suscriptores crónicos de tratamientos químicos para la psiquiatría, sus artículos abarcaban una abundante variedad de temas. Desde la confección de cartas astrales, o las lecturas del tarot, hasta la reencarnación. Incluso un manual detallado (con fotos, diagramas y recomendaciones) sobre qué hacer cuando estás muerto. Y los mejores sitios para ir a cenar entonces.
Había uno que me llamó poderosamente la atención, en el que te ofrecían unas hierbas que, tomadas a la par que invocabas a cierto dios de la antiguedad, se te prometía el aumento, de
manera significativa, de lo que el texto llamaba de una manera un tanto eufemística la "Vara de la Virilidad Masculina". Lo deseché. Hay cosas que no debo mezclar con los ansiolíticos. Ni con los laxantes.
También había anunciado el ominoso llamado de un grupo de magia negra, que ofrecía la invocación al Demonio para ayudarte a conseguir tus propósitos. Lo que no entiendo es qué hacía la foto de Esperanza Aguirre junto al reclamo.
En fin.
Y, por último; el hecho causante de mis más recientes desdichas. Un texto que rezaba, literalmente:
"¿Es usted un hombre con clase, con estilo? ¿Es usted un hombre de mundo? ¿Desea tener a su alcance lo más cool? ¡¡Olvídese de costosas obras de arte, que peligran por la codicia de los cacos!! ¿Para qué quiere usted un coche de lujo, cuyo precio se devalúa en el mismo instante en el que sale del concesionario? ¡Sea usted original! ¡Sea único! ¡¡Cómprese su propio fantasma!! Los hay de una gran variedad, de todos los tamaños, géneros y colores. ¿Quiere adquirir un fantasma artista? ¿Qué le parecería tener a Oscar Wilde sentado en el salón, junto a usted? Presuma delante de sus amigos de distinción y originalidad".
Recordé el último gesto de Wilde, quien pidió champán en su lecho de muerte para poder expirar por encima de sus posibilidades, y dejé los ojos en blanco de excitación.
Lo que me tiraba un poco para atrás, a qué negarlo, era la acreditación como obrante de tan gran milagro a un tal Profesor Candongo, nombre que acojonaría hasta las cachas al más pintado, si se enterase en el último momento de que así se llama el piloto del avión en el que va a hacer un viaje trasatlántico, pongamos por caso.
Lo cierto es que lo medité con toda la madurez, y con todo el sentido común que fui capaz de reunir, y al cabo de unos dos minutos largos, lo menos, llamé al teléfono que aparecía en el texto.
Escuché varias veces una repetitiva y empalagosa sonata New Age, que funcionaba como melodía de espera y, acto seguido, todo tipo de recomendaciones de catálogo para proceder a sanaciones, limpiezas espirituales y reordenación del Karma. Al cabo; tuvo lugar la siguiente conversación:
"- ¿Hola? ¿Sí, mi amol?
- Esto, eh, buenas. Yo, es que, ehem, llamaba por lo del anuncio.
- ¿Qué anunssio, mi amol?
- Pues lo de, er, lo del fantasma, claro.
- Aaaah, sí, mi amol, lo del fantasma...
- Sí...
- Bueno, nada mi amol. Tú tranquilo, que Esmeralda te tratara con dulzura, ¿Sí? Díme, sssielo; ¿Ya conoces nuestros servicios?
- Eeeeh, no. Yo, ehém. Creo que ha habido un error. Yo, verá; yo es que llamaba por lo del fantasma; ¿Sabe? Es que tengo una enciclopedia encuadernada en rojo tinto en el salón, y creo que un fantasma le quedaría bonito. Como el mueble donde está expuesta es rústico, sabe usted...
- Aaaah, sí, mi amol. Tranquilo; ¿Tú sabes? Dile a Esmeralda qué es lo que quieres.
- Yo... ¿No se puede poner el profesor Candongo (jamas pensé que tales palabras pudieran salir de mis labios)?
- No, mi amol. Él está ahora en una conferencia astral, con Ángeles, y Arcángeles, y no puede ser molestado; ¿Tú sabes?
- Ya. Claro, me hago cargo.
- ¿Entonssses..?
- Pues bueno, yo... Er, esto, yo quería adquirir el fantasma de un artista, si pudiera ser. Hombre, algo arregladito de precio, claro. Un director de cine sería ideal.
- ¡Ah, si; mi amol! En directores de cine nos quedan, tú sabes, Alfred Hitchcock, o John Ford. Y Billy Wilder, que hace poco que se ha incorporado a nuestro catálogo.
- Ah. Qué bien. Y... ¿De precio?
- Doce mil euros Hitchcock, mi amol. Trece mil John Ford. Igual que Billy Wilder. Pero ahora tenemos una promoción; ¿Tú sabes? Si te llevas uno, te regalamos una suscripción a la revista "Labores de Casa".
- Ya. Bueno, eh, es que es un poquito caro para mi. ¿Algo más arregladito no tendrían?

Noté un hiriente silencio que, aunque duró tan sólo unos segundos, se me reveló eterno.

- ¿Y de cuánto dinero tú dispones, mi amol?
- Eeer... Unos... ¿Trescientos euros?

Una ráfaga helada, capaz de competir en igualdad de condiciones con el más gélido de los vientos de la última Glaciación recorrió la línea, desde tan peculiar operadora, hasta el auricular de mi teléfono.

- Bueno, mi amol. Veré que podemos haserrr..."

Con el ánimo de no aburrirles, me permito omitir el último fragmento de la conversación, pues únicamente versó sobre opciones y precios.
Cuando colgué tuve la misma sensación, a qué negarlo, que experimenté cuando adquirí en la teletienda aquel crecepelo formulado con esperma de rana amazónica.
Tuve la tentación de llamar de nuevo y anular mi pedido pero, a la vez, estaba convencido de que mi estulticia manifiesta merecía un castigo ejemplar. Así que lo dejé correr. Pensé que cualquier sangrado a mi tarjeta de crédito acabaría por escarmentarme.
Pasaron los días. Dos. Tres. Una semana. Y cualquier duda que pudiera albergar acerca de la fiabilidad del profesor Candongo, y de su increíble oferta, acabó por disiparse.
Y sin embargo; cuando ya no me lo esperaba, se obró el milagro. Te lo juro por Arturo.
Allí estaba él. Mi fantasma. Imponente, curioso, juguetón. Le encontré de pie frente a la librería (debo decir que una encuadernación en color caoba le hubiera venido mejor a ese rincón de la casa) y casi sonreí, aliviado.
Bueno, sí. Por trescientos cincuenta euros tan sólo pude adquirir el fantasma de Ed Wood, pero en fin, bien mirado, tampoco es tan malo.
Lo único es que me lo deja todo perdido de hilitos, de su jersey de angora.
Y que la casa me huele ahora a patchulí, que te caes.

domingo, 15 de febrero de 2009

Una canción triste

Ayer fue 14 de Febrero. Es una excusa tan buena como cualquier otra para ponerse tristón. O no.
En cualquier caso; es una razón idónea para escuchar música. Descubrí éste tema gracias a un amigo. A un gran amigo. Y quisiera compartirlo contigo.

http://www.tu.tv/videos/enrique-bunbury-una-cancion-triste

Pues sí... Hemos sido siempre así.

Allá va una de esas noticias... "curiosas". De aquellas en las que no acostumbramos a reparar cuando abrimos el periódico y que, sin embargo; están. De ésas que te hacen esbozar una sonrisa, primero, y luego echar mano de todo el repertorio de tópicos y frases hechas y murmurar, así como para tus adentros, que la vida imita al arte en muchas más ocasiones de las que creemos.
Me explico:
Tú habrás visto "La vida de Brian", supongo. Sí, hombre, la peli de los Monthy Python en la que un pobre infeliz es confundido con El Mesías (ahí es ná; ¿sabes? Con El Mesías...), y no hace más que de sufrir, y de padecer, hasta que acaba, cómo no, crucificado. ¿Ya te acuerdas? Bueno; pues hay una escena en la que un par de soldados romanos pillan al pobre infeliz haciendo un graffiti, y le obligan a repetirlo cienes y cienes de veces hasta que declina la frase de forma correcta. Que la tontá nos hacía gracia, aparte de porque era una situación de lo más inverosímil, porque nos parecía un anacronismo de aúpa pensar en un grafitero, ejerciendo en pleno imperio romano.
Pues ahora parece que vamos a tener que replantearnos la cuestión. Te lo juro por Arturo.
El sábado 31/01/09, apareció en el diario El País la noticia. Parece ser que en las excavaciones del Teatro Romano de Cádiz, concretamente en una de las catas, ha aparecido una placa datada en el siglo I antes de Cristo, en la que puede leerse el mensaje "Balbo, ladrón" (Latro BE). Parece ser el mismo Balbo, Lucio Balbo el Menor, que encargó la construcción de este teatro.
A ver; hay que echarle imaginación al asunto, no me digas tú. Que yo soy incapaz de visualizar a deejay Cayo y a emsi Plinio, quedando un viernes para tomar unos litros, y luego ejercer de artistas urbanos. Es que me los veo ahí, con las túnicas tres tallas más grandes, enseñando los gayumbos (¿Habría gayumbos en esa época?) y con las gorras de béisbol puestas con la visera hacia atrás, y se me viene abajo. (Porque lo de las gorras de béisbol es un invento posterior; ¿No?)
Y otra cosa, otra cosa:
¿Los romanos tuneaban las cuádrigas?

viernes, 13 de febrero de 2009

Borracho

He seguido tu aroma, como el perro sigue el rastro, hasta dentro de mi.
Mordiste mis palabras, y aún me sangran.
Duele más tu silencio que mis mentiras.
Quisiera que me engendrases al calor de tus muslos. Impregnaste tus bragas con el jugo de tus ganas y aún te rastreo, ebrio. Atravesaste mi corazón con tu tacón de aguja. Y ya estoy vacío. Aunque mis lágrimas son rojas y mi sangre, ahora, sabe a mar.
Me persiguen los tigres de Borges. Me escondo en el laberinto. Y hallo el Infinito en un rincón de la escalera.
Me emborracho, borracho, besando las copas que me cortan los labios, y beben de mí.
Caigo y caigo en la duda de si existes.
El azar, o una carretera, me dirán a dónde voy.
Si quieres comprar mi alma, has de saber que deberás quitarle primero la ropa, y tendrás que hacerlo mientras duela.
Verás brillar en sus ojos la ceguera, mientras la violas.
Huye, huye. Pero deja los ases sobre la mesa.
Los dioses te escupirán, lo sabes, porque te atreves a suplicarles. No tienes valor para matarme, aunque quizá no lo hagas porque piensas que la muerte es un regalo. Tal vez.
¡Qué desfachatez! ¿Quién te crees que eres?
Vives cuando gritas. Grita. ¿Gritas?
¿Dónde has dejado el amor?
La gravedad no es una ley. Es una maldición; lo sabes. Lo sabes. ¿Por qué cuando el mundo debiera girar, es cuando se para?

miércoles, 11 de febrero de 2009

Género... ¿"Chico"?

En 1886, D. Federico Chueca escribió una zarzuela que acabó por consolidar el género chico. Se tituló "La Gran Vía" y hoy, cien años después de la desaparición de su autor, Paco Mir la ha resucitado, y la ha ambientado en nuestros días, con el objetivo de jugar con la crítica social y política.
La han rebautizado ("La Gran Vía... esquina Chueca"), está compuesta por cinco sainetes cortos y parte de un suceso real; la crispación que provocaron en Madrid los rumores que hablaban de urbanizar la Gran Vía.
Considerada por muchos (entre los que me encuentro) como la "ópera a la manera española", La Zarzuela no ha gozado nunca de la difusión, o del reconocimiento, merecidos.
Y que es lo que digo yo... En éstos momentos; en los que hasta el más cenutrio tiene acceso a la cultura (Y si no,vamos a ver; ¿Por qué Dios creó Internet? ¿Eh? ¿Eh?), es nuestra misión recordar que hay algo más (aparte de Verdi, o Wagner). Que hay "otras vías" (que no son Enya o Vangelis). Que existen "La Tabernera del Puerto" (me encanta), "Agua, azucarillos y aguardiente", "La verbena de La Paloma"... o ésta "La Gran Vía", sin ir más lejos.
Así que hala, al Teatro de La Zarzuela, que va a estar en cartel sólo hasta el 8 de Marzo.
Y que trabaja Loles León, Milagros Martín, Enrique Ruíz del Portal, Carlos Heredia o, sobre todo, Karmele Aranburu (se me ha visto mucho el plumero; ¿No? Je, je...)
Ea!! Y ya me contarás.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Ya no quedan artistas malditos

En 1995, una joven dramaturga británica, de nombre Sarah Kane, incendió (metafóricamente hablando, claro) el Royal Court de Londres. Tenía 24 años y provocó una de las más encendidas polémicas de las últimas décadas...
Cinco obras y cuatro años después; se suicidó.
La primera obra de Kane; Blasted (Reventado), fue calificada por la crítica como "repugnante banquete de inmundicia". Uno de los más admirados autores de la joven, Harold Pinter, salió en su defensa: "Los críticos no están a la altura de comprender la profundidad y la valía de la obra de Sarah"; dijo.
La última de sus obras fue Psychosis 4.48, considerada como un texto preparado para su funeral, en el que la autora afirma: "Puede haber gente que se mate para alcanzar la calma y conseguir lo que nunca encontró en vida". Terrible; ¿No?
El título de la pieza hace referencia a que, a las 4h y 48m, es el momento en el que se produce el mayor número de suicidios.
Ahora llega este montaje a Madrid desde Buenos Aires, avalado por numerosos premios, al teatro Fernán Gómez. Es un monólogo durísimo, puesto en marcha por Luciano Cáceres, traducido por Rafael Spregelburd e interpretado por Leonor Manso.

Festival "Escena Contemporánea"

Desde el 26 de Enero al 22 de Febrero tendrá lugar la novena edición del Festival ESCENA CONTEMPORÁNEA. En él, se nos brinda una oferta de espectáculo compuesta por 103 funciones de teatro, música, danza y performance. El lema de éste año es: "¡Entra en escena!", con lo que se invita de forma explícita al público a participar activamente en el trabajo artístico. De las 30 compañías participantes; 17 son españolas y, de éstas, 7 son madrileñas.
Nota personal: atentos a La Ribot.
Tendrá lugar en los espacios: Cuarta Pared, La Casa Encendida, Casa de América, Lagrada, Pradillo, Teatro de La Abadía y el Museo Reina Sofía.

martes, 3 de febrero de 2009

Consultorio teatrero sentimental

He recibido, via mail, una consulta que firma Julio Pastor. La reproduzco literalmente:
"Hola. Soy Julio, tengo 24 años y estudio Teleco. Estoy saliendo con una chica que está en el último año en la Escuela de Arte Dramático. Desde que estamos juntos hemos visto montajes muy interesantes, algunos muy divertidos y otros muy serios, pero a mi no me gusta especialmente el teatro. Prefiero el cine o quedarme en casa con ella y unos amigos y poner una peli. A ella le gustaría que yo tuviera el mismo interés que ella en el teatro, pero no me sale. No le encuentro el sentido a muchas cosas, y me aburren. Dentro de poco es su cumpleaños y quiero regalarla algo especial, y he pensado en llevarla al teatro, pero no sé cómo acertar. ¿Por qué no me recomiendas algo? Pero no quiero pasarlo mal, así que si pudiera ser algo que nos gustara a los dos, mejor. Por cierto, me gusta mucho tu blog. Un saludo. Julio".
Amos a ver; amigo Julio. ¡Que yo no soy Elena Francis! ¿Tú has leído la Guía del Ocio? Existe. Lo sabes; ¿No?
Venga, va, que pareces un tío majo. Te cuento:
Que te guste o no el teatro es algo que se lleva en los genes. O en los gérmenes, que diría mi madre. Así que tranqui. Ahí van unos consejillos prácticos para sobrevivir:
Para ir a ver un espectáculo sólo caben tres estados físicamente intrínsecos en nuestras carnes que vienen dados, a su vez, por tres circunstancias particulares. Toma nota.
Primera circunstancia:
Encuentras una propuesta coherente, sensata y razonable. Así que entras con los ojos y las orejas abiertos de par en par. Ahí entra de todo: desde Sófocles, hasta un montaje contemporáneo arriesgado, innovador y rompedor. El arte debe provocar, debe transgredir. Ésa es su misión. Califícate de gaznápiro si no aceptas lo nuevo, siempre que lo nuevo tenga una razonable dosis de calidad, claro. El cambio es bueno. No sólo es bueno si no que, además; es necesario. La misión de un autor ha sido siempre la de remover las tripas, hacer pensar, contribuir a que las cosas cambien. Pero las cosas no cambian si no participamos todos.
Mójate, amigo mío, que el cambio debemos propiciarlo entre todos, y tú también haces falta.
Y si tu chica es lo bastante importante para tí, se merece que compartas con ella lo que a ella le gusta (¡Que formas parte de su vida, coño!). Eso le hará sentirse bien, créeme. Así que cambia. Sé distinto cada vez. No tengas miedo.
Segunda circunstancia:
Un personajillo (de esos que dicen "en el candelabro"), o un/a hijo/a de alguien, se lanza de lleno a interpretar (pongamos por caso) a Calderón, sin otro aval que una cara monísima que te caes p'a tras. Porque sí. Porque mamá; quiero ser artista. Para éstos casos, te recomiendo un buen lingotazo de sol y sombra antes de entrar.
No falla; oiga.
Tercera circunstancia:
Topas con un creador de éstos cool que te peich, que pretende representar... yo que sé; Hamlet, pongamos por caso, con todo el elenco vestidos de astronautas, con luces de neón azul y música de los Sex Pistols. Y, por supuesto; pasándose el argumento, el texto, los diálogos, la estructura y la coherencia dramática por la mitad del centro del Arco del Triunfo. Para eso; o bien te estudias un tratadito de enfermedades de las que se pueden fingir cómodamente, para evitar comerte el marrón, o bien hay unos ansiolíticos que, tomados en bocadillo, hacen milagros. No vale llevarse un revólver a la sala. Que luego; los de "Salvemos a los Cenutrios", te ponen fino.
¿Has apuntado? Dabuti.
Ahora; una vez que hemos tocado lo básico, vamos al meollo de la pregunta.
Llévala a ver "Un dios salvaje", "Noviembre" o "Dos menos". Elige en ése orden, en función del tiempo que tengáis, de la disponibilidad de entradas y de la pasta que te puedas gastar (en "Atrápalo.com" hay unas ofertas mú apañás).
Y ya me contarás.
Gracias por leerme, y por prestarme tu confianza.
Un saludo.
P.D.: Ah, por cierto; specially thanks to "The Logistician" (http://theviewfromoutsidemytinywindow.blogspot.com/).
Thank you for being so kind.