lunes, 29 de diciembre de 2008

Feliz 2009

Falta muy poco para que nos abandone el 2008. Para algunos; habrá sido un año magnífico (pienso en quienes se hayan casado, en quienes hayan tenido un hijo - o hayan iniciado ahora el proceso de... - y en todos aquellos a los que, en general, la Fortuna les ha sonreído de alguna manera).
Para otros, lamentablemente; habrá sido un annus horribilis (la muerte de algún familiar, una separación, una guerra...).
Para todos; mil abrazos.
Nos merecemos un instante. Un momento, aunque sólo sea para tomar aire. ¿A que sí?
Me gustaría felicitaros el Nuevo Año. Y adjunto a ésta felicitación el vídeo (de todo el montón que he recibido) que más me ha gustado. Porque me he reído mucho con él. Y porque pienso que la vida, en el fondo, es para eso. Para tomársela a risa.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Un dios salvaje

El otro día fui a ver "Un dios salvaje", de Yasmina Reza, en el Alcázar. Como ser humano que soy, y que sufre y ama, intrínsecamente en sus carnes, padezco (a qué negarlo) de varias debilidades. Una es Aitana Sánchez Gijón (actriz a la que descubrí para el teatro con el montaje de "Las criadas" que hizo Mario Gas, que por cierto, es otra de mis debilidades).
Otra es Maribel Verdú, que ha pasado de niña guapa, pareja (artística, se entiende) de Jorge Sanz, a pedazo de actriz del copón, capaz de trasmitir la esencia de un personaje con tan sólo un gesto. Y por último (y no menos importante); Yasmina Reza.
¿Qué puede tener una pieza teatral - aparentemente menor - para enganchar de ésta manera durante la hora y media - sin descanso - que dura? ¿Por qué las localidades se han agotado con semanas de antelación?
Tiene que ver, sin duda, con el trabajo actoral de los intérpretes. Un Pere Ponce que hace de irritante y tocapelotas abogado (papel que, por cierto, interpretó Ralph Fiennes en su puesta en escena londinense). Ésa voz (registro inesperado) que define por completo al personaje. Un hallazgo.
También un Antonio Molero cercano (que huye del "Fiti" de "Los Serrano", y compone al tipo conformista, algo reprimido, muy humano, que sólo estalla con dos copas y en un contexto extremo). Ésa coreografía (patética casi) con la que se esmera en limpiar los vómitos de la invitada... Genial.
Y esas actrices... ¡Ah! ¿Qué decir de ellas?
Ése tono agudo, insolente casi, pijo mal disimulado de la Sánchez Gijón. Brutal.
Ésa rabia mal contenida, de resentimiento hacia una pareja más preocupada del móvil que de ella misma o de su hijo, de la Verdú. Sobrecogedora.
Tamzin Townsend lo borda. ¿Alguien lo dudaba, a priori? Aunque, sinceramente, no sé de dónde saca ésta mujer tiempo para trabajar tanto...
Y bueno; Yasmina Reza demuestra que hay vida después de "Arte".



martes, 23 de diciembre de 2008

Sobre la Comedia


Es una verdad universalmente aceptada que lo bueno, si es un coñazo, es dos veces bueno. A ver; tú te lees el Ulises de Joyce, que es un ladrillo de caerte pá tras, y eres lo más. O ves una peli iraní, en versión original (y si es posible, llevas puesto un jersey de cuello vuelto y unas gafas de pasta) y eres de un cool que te peich. Que no has entendido por qué aquel niño, de aquel poblado perdido de la mano de Dios, se ha tirado dos horas y pico mirando a una botella, pero da igual. Tú sales de los Renoir, o de cualquier otro cine de éstos, tan de autor, y te metes en un café (con carteles que reproducen cuadros de Klimt, y con espejos cuyos marcos están recubiertos de pan de oro, of course), a tomarte tu cacao con la pastita que adjudican por platito, y te pones a sentar cátedra acerca de la filosofía metafísica trascendente que ha motivado al director a contar una historia que sobrepasa los límites de la poética e incide tangencialmente en la verdad de lo humano. Y que a ti te ha emocionado mazo.
Con dos cojones.
Es decir; que si te definen palabras como enigmático, hermenéutico, críptico o denso, es que eres la hostia. Que tendrás la vida social de una almeja macha chilena, eso sí. Pero que eres de un profundo del copón, también.
¿Cómo va a ser bueno pasárselo bien? ¡Amos, por Dios! Howard Hawks, Billy Wilder, Woody Allen, los hermanos Cohen, Frank Capra, Luis Gª Berlanga, Alex de la Iglesia, Almodóvar (bueno; Almodóvar es un género en sí mismo, todo hay que decirlo), los hermanos Marx, Buster Keaton, Chaplin, Stan Laurel y Oliver Hardy, Cantinflas, Fernando Fernán Gómez, Rafael Azcona, Edgar Neville, Mihúra, Muñoz Seca, Yasmina Reza, Tom Sharpe, Terry Pratchett, Cary Grant, Katharine Hepburn, James Stewart, los Monty Python, Alfredo Landa, Gracita Morales, Alberto Closas, Pepe Isbert, Manolo Morán, y tantos otros... son sólo unos pringaos. Bufones.
¡Me vas a comparar! ¡Va a ser lo mismo hacer reír, que con cuatro tontás lo tienes apañao, que hacer llorar! Un drama de esos que se te abren las carnes...
A ver; ¿Cuántas veces has escuchado lo mismo? "La película me encantó, me lo he pasado de muerte, me he reído... pero ¡bah! Es una tontería. Para pasar el rato".
Te lo has pasado bien; ¿No? ¿Y eso es una tontería? Te has reído, te ha entretenido, has olvidado tus problemas durante unos momentos y te has imbuido tanto en la historia que, durante ese par de horas, no ha habido nada más. Amos a ver; ¿Disfrutar es una tontería? Pero bueno; ¿Quién no ha sido feliz, durante un par de horas, viendo a Jack Lemmon y a Tony Curtis, travestidos, huyendo de la mafia en "Con faldas y a lo loco"?
Sí. He dicho feliz.
¿No es el objetivo del hombre alcanzar la felicidad, aunque sea de forma efímera? ¿Durante un instante? Que no lo digo yo. Que lo dijo Aristóteles. Que el tío sabía una miaja de esto. Pero a lo que vamos:
¿Alcanzar la felicidad, tocarla con la punta de los dedos, si bien sea sólo por un momento, es una tontería?
¿Sí?
Que va a ser mejor sufrir mucho...
Un artista sólo es artista si lo pasa fatal, el tío. Si es pobre de necesidad, presa de un amor desgraciado no correspondido, y padece alguna enfermedad o tara física super chunga. O, directamente, está loco pá amarrarlo.
Que Virginia Wolff, que se suicidó atormentada por todos sus rollos es mejor, dónde va a dar, que Jardiel, que se pegó una vidorra del copón.
O que Oscar Wilde, que fue una loca encantada de escandalizar a las reprimiditas inglesotas de su tiempo...
Ya.

domingo, 21 de diciembre de 2008

Blancanieves se quedó en Manhattan

Blancanieves se quedó en Manhattan. Y el príncipe destronado tuvo un triste regreso a casa, durante el que no hizo otra cosa que manosear la única foto que conservaba de ella. Una pequeña, y ya vieja, que había perdido alguna esquina, y que estaba cruzada de parte a parte por la cicatriz de una doblez descuidada.

Su vecina de asiento, durante el viaje, fue una ancianita de piel de pergamino, que olía a orina y a alcanfor, y que castañeteaba la dentadura mientras dormía. Y no tuvo, no, la fuerza de voluntad necesaria, apenas sí lo intentó, para tragarse dos horas de película doblada en mexicano.

Así que, si bien temía borrar la imagen que conservaba (tal vez porque no se fiaba de que su memoria, al cabo de algún tiempo, le diera cuenta fielmente de la geografía de aquel rostro), continuó aferrado al papel con fuerza, como un náufrago a un salvavidas.

Cuando el avión aterrizó, y creyó ver en los ojos de la azafata que le despedía cortésmente un rastro del azul pálido de la mirada de la recién perdida, sintió en la boca del estómago el amago amargo de una náusea, y en el corazón la carga de una losa de granito.

También pensó que la mañana era fría.