martes, 3 de febrero de 2009

Consultorio teatrero sentimental

He recibido, via mail, una consulta que firma Julio Pastor. La reproduzco literalmente:
"Hola. Soy Julio, tengo 24 años y estudio Teleco. Estoy saliendo con una chica que está en el último año en la Escuela de Arte Dramático. Desde que estamos juntos hemos visto montajes muy interesantes, algunos muy divertidos y otros muy serios, pero a mi no me gusta especialmente el teatro. Prefiero el cine o quedarme en casa con ella y unos amigos y poner una peli. A ella le gustaría que yo tuviera el mismo interés que ella en el teatro, pero no me sale. No le encuentro el sentido a muchas cosas, y me aburren. Dentro de poco es su cumpleaños y quiero regalarla algo especial, y he pensado en llevarla al teatro, pero no sé cómo acertar. ¿Por qué no me recomiendas algo? Pero no quiero pasarlo mal, así que si pudiera ser algo que nos gustara a los dos, mejor. Por cierto, me gusta mucho tu blog. Un saludo. Julio".
Amos a ver; amigo Julio. ¡Que yo no soy Elena Francis! ¿Tú has leído la Guía del Ocio? Existe. Lo sabes; ¿No?
Venga, va, que pareces un tío majo. Te cuento:
Que te guste o no el teatro es algo que se lleva en los genes. O en los gérmenes, que diría mi madre. Así que tranqui. Ahí van unos consejillos prácticos para sobrevivir:
Para ir a ver un espectáculo sólo caben tres estados físicamente intrínsecos en nuestras carnes que vienen dados, a su vez, por tres circunstancias particulares. Toma nota.
Primera circunstancia:
Encuentras una propuesta coherente, sensata y razonable. Así que entras con los ojos y las orejas abiertos de par en par. Ahí entra de todo: desde Sófocles, hasta un montaje contemporáneo arriesgado, innovador y rompedor. El arte debe provocar, debe transgredir. Ésa es su misión. Califícate de gaznápiro si no aceptas lo nuevo, siempre que lo nuevo tenga una razonable dosis de calidad, claro. El cambio es bueno. No sólo es bueno si no que, además; es necesario. La misión de un autor ha sido siempre la de remover las tripas, hacer pensar, contribuir a que las cosas cambien. Pero las cosas no cambian si no participamos todos.
Mójate, amigo mío, que el cambio debemos propiciarlo entre todos, y tú también haces falta.
Y si tu chica es lo bastante importante para tí, se merece que compartas con ella lo que a ella le gusta (¡Que formas parte de su vida, coño!). Eso le hará sentirse bien, créeme. Así que cambia. Sé distinto cada vez. No tengas miedo.
Segunda circunstancia:
Un personajillo (de esos que dicen "en el candelabro"), o un/a hijo/a de alguien, se lanza de lleno a interpretar (pongamos por caso) a Calderón, sin otro aval que una cara monísima que te caes p'a tras. Porque sí. Porque mamá; quiero ser artista. Para éstos casos, te recomiendo un buen lingotazo de sol y sombra antes de entrar.
No falla; oiga.
Tercera circunstancia:
Topas con un creador de éstos cool que te peich, que pretende representar... yo que sé; Hamlet, pongamos por caso, con todo el elenco vestidos de astronautas, con luces de neón azul y música de los Sex Pistols. Y, por supuesto; pasándose el argumento, el texto, los diálogos, la estructura y la coherencia dramática por la mitad del centro del Arco del Triunfo. Para eso; o bien te estudias un tratadito de enfermedades de las que se pueden fingir cómodamente, para evitar comerte el marrón, o bien hay unos ansiolíticos que, tomados en bocadillo, hacen milagros. No vale llevarse un revólver a la sala. Que luego; los de "Salvemos a los Cenutrios", te ponen fino.
¿Has apuntado? Dabuti.
Ahora; una vez que hemos tocado lo básico, vamos al meollo de la pregunta.
Llévala a ver "Un dios salvaje", "Noviembre" o "Dos menos". Elige en ése orden, en función del tiempo que tengáis, de la disponibilidad de entradas y de la pasta que te puedas gastar (en "Atrápalo.com" hay unas ofertas mú apañás).
Y ya me contarás.
Gracias por leerme, y por prestarme tu confianza.
Un saludo.
P.D.: Ah, por cierto; specially thanks to "The Logistician" (http://theviewfromoutsidemytinywindow.blogspot.com/).
Thank you for being so kind.

No hay comentarios:

Publicar un comentario