sábado, 25 de julio de 2009

Tito Andrónico

Érase una vez que, en un país muy lejano, gobernaba un señor bajito, con bigote y con acento tejano, al que todo el mundo quería mucho. (Vale; quererle, quererle, sólo le querían sus amiguitos; el mandamás de la lejana Yankilandia, y el del Reino de la pérfida Albión. Pero, después de todo, esto es un cuento. Así que...).
Como todo gran prócer que se precie de serlo, el mandatario de acento tejano tenía una hija, bellís... bueno; resultona, que estaba en edad de ser desposada. Y lo fue con fastos, pompa, circunstancia y langostinos, y con un señor guapís... bueno; resultón.
Y lo hicieron (lo de casarse) en El Pardo, que queda como muy fach... bueno; tradicional. Que hay quien jura que la noticia del enlace se pasó, al día siguiente, en el telediario, con la melodía del No-Do como fondo musical.
Que tú me dirás; ¿Y ahora ésto; a qué viene?
Pues viene a que un grupo de teatreros, de cómicos, aprovechó este acontecimiento para crear uno de los trabajos más corrosivos, vitriólicos y demoledores (y por tanto; más divertidos) que he tenido la oportunidad de ver nunca en teatro. Y de teatro he visto un poco, te lo juro...
La pieza la montaron en un salón de banquetes de boda, y se tituló: "Alejandro y Ana; lo que España no pudo ver de la boda de la hija del presidente". Ellos eran Animalario.
Los mismos que, desde el 30 de Julio al 30 de Agosto, presentarán en El Matadero, en Las Naves del Español, su "Tito Andrónico".
Si te paras a pensarlo; resulta natural la evolución del grupo, desde una sátira bufonesca como la anteriormente mencionada, hasta la adaptación del clásico de Shakespeare. Sobre todo si recordamos la sobrecogedora "Hammelín", punto medio entre ambas. Pero uno no puede evitar quedarse con las ganas de volver a verles destilar ácido sobre un escenario. Hace poco; Roberto Benigni con su "Tutto Dante", en los Jardines de Sabattini, nos calmó un poco este apetito. Pero qué coño; seguimos echando de menos un Fo.
Echa esta modesta reflexión; he de recomendarte, encarecidamente, que vayas a verla. Por Nathalie Poza, por Javier Gutiérrez, por la dirección de Andrés Lima, por Fernando Cayo (si está la mitad de bien que en "La Vida es Sueño", será un regalo impagable)...
Así que; andando.
Por cierto; ¿Quieres saber cómo termina el cuento?
Pues los recién casados, tan guapís... bueno, tan resultones ellos, fueron felices y comieron perdices. Y el gobernante de aquel país tan lejano, una vez retirado, acabó afeitándose el bigote y dando conferencias en Yankilandia.
Tal cual.
Y colorín, colorado, este cuento...

1 comentario:

  1. Hombre, eso de guapos...
    Es que ni resultones, ja, ja, ja..

    Más salu2.

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