martes, 21 de julio de 2009

Para Ana. Linda y Fatal.

Quise ser escritor al darme cuenta de que no me sentía lo bastante capacitado como para dedicar mi vida a desempeñar ningún trabajo honrado.
Así que recuperé unas rancias gafas de pasta, que llevaban largo tiempo olvidadas en un cajón, me vestí con mi vieja americana de tweed con coderas, y compré una botella de whisky. Aunque debo decir que esto último fue una mala idea. El alcohol interacciona con el Tranxilium y con los laxantes, y me sienta fatal.
Durante semanas anduve aporreando mi vieja Olivetti con saña, hasta que conseguí arrancarle lo que sin duda será la novela definitiva del siglo XXI ("¡Oh, cielos! ¿Por qué a mi?") en la que narro, con un fino sentido del humor, y una erudición que para sí quisieran muchos blockbusters, las tribulaciones por las que debe pasar un musulmán empleado en una fábrica de embutidos de cerdo para salir adelante en el New York de los años cincuenta.
Huelga decir que intenté vender mi obra por todos los medios. Si bien es cierto que el aliento de Las Musas separa nuestras demandas de las del resto de los mortales; los escritores aún sentimos la incómoda necesidad de nutrir nuestros estómagos de una manera razonablemente regular.
Así que; cuando aquél viejo editor de Bethune Street insinuó que mi manuscrito sería idóneo para engrosar la pila de madera y de papeles viejos que habían de servir de combustible para su chimenea, decidí que era tiempo de buscarme un agente.
Lo encontré encarnado en la persona de Ida Kaufmann, con despacho en Lexington Avenue. Y debo decir que es una mujer encantadora.
Admito que resulta desconcertante que cada vez que entra en una habitación suene música de órgano y se respire un intenso olor a azufre. Y tampoco ayuda, a qué negarlo, que su piel posea un cierto tono violáceo y que su perfil, mirado desde un determinado ángulo, recuerde indefectiblemente a Goebbels. Pero cada vez que dice: "Veinte por ciento", uno no puede evitar que se le ericen los pelos del cogote.
Ida ha sido lo mejor que me ha pasado. Sin duda. Le perdono esa manía, tan suya, de firmar los contratos con sangre. No doy mayor importancia a su colección de muñecos de vudú, y disculpo esa excentricidad, tan encantadoramente snob, de aborrecer la luz del sol.
Ida es mi agente.
Gracias a su esfuerzo; yo he sido el redactor de la carta de menús del restaurante Lin Yu.
Si no hubiera sido por sus hábiles gestiones, yo jamás habría escrito la esquela del señor Ibrahim W. Singer, ni el texto que leen los locutores de la cadena de supermercados Marty's.
Así que; tío Alvy, entenderás que me sienta en deuda con esta mujer, que ha conseguido tornar mis sueños, tal vez fantasías, en realidades.
Sí, de acuerdo, es mío el texto de la nota que leyeron los terroristas.
Pero y yo; ¿Qué sabía?
¿Pueden ponerse frenos a la labor creativa? ¡No! ¡Definitivamente!
¿Que Ida es un monstruo? ¡Tonterías! Es tan sólo un instrumento del Destino, usado para dar a conocer el talento de seres que, como yo, vivimos absortos por y para nuestro arte.
Tío Alvy, te lo ruego, tienes que aclarar este terrible malentendido. Diles que yo nunca he tonteado con el comunismo, que no bailo desnudo bajo los efectos del vodka y que no reniego de ninguna fe (sea la que sea).
Diles que soy, tan solo, un pobre bardo. Bueno; mejor no. Mejor diles que soy mecánico, o panadero.
Y encuentra a Ida. Seguro que ella es capaz de explicar por qué estoy en una prisión de máxima seguridad, vistiendo un mono de color naranja.
Y sobre todo, querido tío; la próxima vez que vengas a visitarme, no me traigas jabón en pastillas. Prefiero un envase de plástico, con dosificador.

4 comentarios:

  1. Además de escribir maravillosamente bien, con ese registro tan tuyo, que hace tus textos tan especiales: inteligentes-irónicos y con todo el alma puesta en ellos, sos una persona increíble, capáz de comprender y acertar en el corazón de alguien que está a miles de km. con el sólo hecho de leer sus textos. MUCHAS GRACIAS AMIGO. AMIGO DE VERDAD. INCONDICIONAL DE MI LINDAYFATAL.
    Un abrazo que cruza el mar.

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  2. A través de las lectura del blog de Ana, te descubro, amigo, y me descubro ante un texto tan bien hilado, tan bien escrito. Es un placer conocer tu obra.

    Saludos desde Málaga.

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  3. Muy bueno, me ha encantado y si, lo del jabón en pastilla, mejor olvídalo, ja, ja, ja...

    Salu2.

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  4. Me he reído muchísimo con tus textos.
    ¿Te apetecería entrar en mi pequeña comunidad?
    Se llama “Gente de puta madre + IVA” pongo la cabecera y enlace de esos blogs que considero que tienen algo que decir. Yo participo en “Actualidad” y, de momento, me va bastante bien, me gustaría que, sin ningún tipo de compromiso y si te apetece, me visitaras y valoraras, que si no me votas no pasa nada, el que tú me enlaces a mí y yo te enlace a ti será lo que nos quedará y el mayor premio que obtendremos.
    Si es así, te agradecería dejases un comentario en mi blog, por favor.

    Muchas gracias ;)

    http://www.loquemetocaloscojones.blogspot.com/

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