miércoles, 1 de abril de 2009

Inoportunito

Tengo un amigo que se llama Carlos. Como es un coqueto irredento, se molesta cuando alguien le recuerda su edad. Pero es que está a punto de jubilarse.
Carlos es de esas personas que portan un amplio historial bajo el brazo. Su padre fue escritor y periodista (de los de antes, de los que te creaban de la nada secciones del tipo "Un famoso fríe un huevo", y te armaba una crónica social con dos apuntes), y eso se nota. Porque a Carlos le gusta la prosa, y se recrea en los detalles. Cuántas veces no me habrá contado lo de aquella mítica portada (en la que su padre está sentado junto a Tico Medina), frente a una Mahou. Porque en el mundo, sólo existen cuatro rubias importantes: la Marilyn, la Quilmes, la Pataky y la Mahou (y no por éste orden, precisamente).
Cuánto le debo a Carlos.
Pues resulta que Carlos tiene un tumor, en salva sea la parte, al que ha bautizado como "Inoportunito". Que hay que joderse; con el sentido del humor que se gasta el Díez Rodríguez.
Y ahí está mi amigo Carlos. Aguantando el tirón. Con la frente alta, la espalda recta, y los cojones cuadraos. Trabajando.
Yo, a veces, le miro de reojo. A ver si descubro de dónde saca la entereza. Pero no veo fórmulas magistrales. Sólo veo a un hombre que peina (pocas) canas, con la mirada inquieta. Como buscando al enemigo.
Y que conste que esto no es una elegía. Carlos tiene aún que pagarme muchas Mahous. Y de pagar sus deudas no se va a librar tan fácilmente. Carlos tiene aún que traerme aquellas revistas, y aquellas fotos, que me prometió. Y aún tiene que contarme muchas historias.
Pero quiero que cuando flaquee (que quizá lo haga alguna vez) lea este post. Una entrada que no firma Paco Banjac, si no todos aquellos que le queremos. Porque hay mucha gente que le quiere. Y Carlos debe saber que estamos aquí.
Estoy seguro de que, en un año, Inoportunito no será más que un recuerdo. Porque estoy seguro de que Carlos le va a pegar una patada en el culo. Y vivirá con Begoña, su esposa, muchas primaveras aún.
Pero debo decirte que éste post no tiene como fin, únicamente, hablar de Carlos. Quiero que, al leerlo, te acuerdes de todas aquellas personas, cercanas a ti, que se han visto afectados por algún tipo de cáncer.
¿Las recuerdas? ¿Sí?
Pues haz algo.
No esquives a los postulantes que llevan la jarrita y las pegatinas. No tires la publicidad. No mires hacia otro lado. Implícate. Haz algo. Yo sé que no voy a perder a mi amigo Carlos. Lo sé. Pero habrá gente menos afortunada que yo, y entre ellos (los menos afortunados) podrías estar tú. Así que muévete.
Por un precio irrisorio, podrías estar echando una mano en la investigación contra el cáncer.
No te cuesta tanto.
Hazlo.
Y tú; Carlos. Viejo amigo...
El más fuerte abrazo.
Paco.

3 comentarios:

  1. Paco!!!!!!!te leo y lloro hoy, amigo mío...perdí a lo que más quería en este mundo por un maldito importunito. perdí a a mi padre. muchos de mis textos están dedicados a él. otro, que como Carlos fue un digno de principio a fin. un soñador. un enamorado de la vida. un sol. le dimos batalla al inoportuno. y puedo decir "le dimos" porque nos tomamos de la mano y fuimos más fuertes. logramos, a pesar de todo, una buena calidad de vida, descubrimos un mundo distinto, supimos que se podía vivir de otra manera y aprendimos también, aprendimos mucho más en ese tiempo que en todas nuestras vidas. cuando nos dimos cuenta que las cosas ya no estaban bien, hicimos juntos un curso de cuidados paliativos y todo lo que tuvo que ocurrir, ocurrió con dignidad y con ternura y sobre todo con amor, con muchísimo amor. no voy a ocupar tanto espacio en tu blog, amigo mío, todo lo demás...el desconcierto y la ausencia...ya sabés..están ahí en mis textos. Pero a pesar de todo, pienso como vos, el cancer te sorprende, aparece en nuestras vidas, nos puede pasar a todos y ser indiferente a eso no nos sirve de nada. Gracias, Paquito por este post. Y a Carlos: un abrazo con amor, que eso espanta cualquier inoportuno. Un beso grande.

    ResponderEliminar
  2. Cuando mi padre llegó ayer de trabajar, lo primero que hizo fue darme un papel mal doblado, insistiendome todo el rato para que lo leyera... y me encontré con este post.

    A medida que iba leyendolo no pude evitar sonreir, porque todo lo que dices sobre él es verdad. Su entereza, su buen humor, sus historias... todo.

    Yo también sé que no vamos a perder a mi padre. Cuando extraigan a Inoportunito de su cuerpo le pondremos una tarta y apagaremos las velas con un pedo, como él dice.

    Un abrazo.

    Mirella

    ResponderEliminar