martes, 28 de abril de 2009

De letras

No soy especialmente purista en lo que al lenguaje se refiere. Por razones obvias; tengo particular cuidado cuando escribo y cuando hablo, de igual manera que me repatea las tripas el uso descuidado del idioma.
Muchas veces se me ha acusado de manipular el español, usando de giros extraños, palabras inventadas, vulgarismos, etc. Como si hacer eso fuera incurrir en una falta. Gómez de la Serna inventó las greguerías. Jardiel creaba palabras, y destrozaba recursos linguísticos, continuamente. En la Residencia de Estudiantes; en la que coincidieron Dalí, Lorca y Buñuel, se ideó el juego de los anaglifos (no confundir con anáglifos); que eran unos poemas compuestos por tres sustantivos: los dos primeros se repetían, el tercero tenía que ser la gallina y debían tener un colofón o frase final inesperada. Cito a Jesús Marchamalo, que a su vez recuerda uno de los más conocidos de Lorca: "Don Guillermo de Torre, Don Guillermo de Torre / la gallina / y por ahí debe haber algún enjambre".
No quisiera que pensaras que incurro en la osadía (la pedantería) de compararme con ninguno de los anteriormente citados (ni por asomo). Lo que pretendo demostrar es que el idioma es un ente vivo. O sea; que es mutable. Que se puede (y se debe) manipular. Sin miedo, pero con respeto.
Sin miedo: ¿Por qué decimos caen precipitaciones en forma de lluvia y nieve cuando queremos decir, simplemente, que llueve? ¿Por qué llamamos a un cadáver un cuerpo sin vida?
Con respeto: No hay nada que me joda más que los pleonasmos: persona humana, nexo de unión, cooperación mutua, túnel subterráneo... ¿Y qué me dices del futbolista que avanza hacia adelante?
Por no hablar de cuando, directamente, asesinamos el idioma. Según el diccionario; bizarro significa (y cito textualmente): "Valiente, esforzado: un militar bizarro. // Generoso, espléndido, lúcido". Sin embargo; últimamente se utiliza más en su acepción sajona: bizarre. Que, literalmente, significa: "Raro, estrafalario."
"El Real Madrid entrenó en el Bernabeu". Pero... ¿A quién? Lo correcto sería decir "El Real Madrid se entrenó en el Bernabeu"... ¿No?
Agresivo significa: "Propenso a faltar al respeto, a ofender o a provocar a los demás".
Pero nosotros lo unimos a ejecutivo (ejecutivo agresivo) y lo equiparamos (de forma impropia) a: "Triunfador y ambicioso".
Todo esto viene a cuento porque; hace unos días, una persona se empeñó en hacerme caer en la cuenta (dando sobrados argumentos, claro) de que pretérito no es lo mismo que pasado.
Con dos cojones.
Y yo uso mal el idioma...
Ya.

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