martes, 23 de diciembre de 2008

Sobre la Comedia


Es una verdad universalmente aceptada que lo bueno, si es un coñazo, es dos veces bueno. A ver; tú te lees el Ulises de Joyce, que es un ladrillo de caerte pá tras, y eres lo más. O ves una peli iraní, en versión original (y si es posible, llevas puesto un jersey de cuello vuelto y unas gafas de pasta) y eres de un cool que te peich. Que no has entendido por qué aquel niño, de aquel poblado perdido de la mano de Dios, se ha tirado dos horas y pico mirando a una botella, pero da igual. Tú sales de los Renoir, o de cualquier otro cine de éstos, tan de autor, y te metes en un café (con carteles que reproducen cuadros de Klimt, y con espejos cuyos marcos están recubiertos de pan de oro, of course), a tomarte tu cacao con la pastita que adjudican por platito, y te pones a sentar cátedra acerca de la filosofía metafísica trascendente que ha motivado al director a contar una historia que sobrepasa los límites de la poética e incide tangencialmente en la verdad de lo humano. Y que a ti te ha emocionado mazo.
Con dos cojones.
Es decir; que si te definen palabras como enigmático, hermenéutico, críptico o denso, es que eres la hostia. Que tendrás la vida social de una almeja macha chilena, eso sí. Pero que eres de un profundo del copón, también.
¿Cómo va a ser bueno pasárselo bien? ¡Amos, por Dios! Howard Hawks, Billy Wilder, Woody Allen, los hermanos Cohen, Frank Capra, Luis Gª Berlanga, Alex de la Iglesia, Almodóvar (bueno; Almodóvar es un género en sí mismo, todo hay que decirlo), los hermanos Marx, Buster Keaton, Chaplin, Stan Laurel y Oliver Hardy, Cantinflas, Fernando Fernán Gómez, Rafael Azcona, Edgar Neville, Mihúra, Muñoz Seca, Yasmina Reza, Tom Sharpe, Terry Pratchett, Cary Grant, Katharine Hepburn, James Stewart, los Monty Python, Alfredo Landa, Gracita Morales, Alberto Closas, Pepe Isbert, Manolo Morán, y tantos otros... son sólo unos pringaos. Bufones.
¡Me vas a comparar! ¡Va a ser lo mismo hacer reír, que con cuatro tontás lo tienes apañao, que hacer llorar! Un drama de esos que se te abren las carnes...
A ver; ¿Cuántas veces has escuchado lo mismo? "La película me encantó, me lo he pasado de muerte, me he reído... pero ¡bah! Es una tontería. Para pasar el rato".
Te lo has pasado bien; ¿No? ¿Y eso es una tontería? Te has reído, te ha entretenido, has olvidado tus problemas durante unos momentos y te has imbuido tanto en la historia que, durante ese par de horas, no ha habido nada más. Amos a ver; ¿Disfrutar es una tontería? Pero bueno; ¿Quién no ha sido feliz, durante un par de horas, viendo a Jack Lemmon y a Tony Curtis, travestidos, huyendo de la mafia en "Con faldas y a lo loco"?
Sí. He dicho feliz.
¿No es el objetivo del hombre alcanzar la felicidad, aunque sea de forma efímera? ¿Durante un instante? Que no lo digo yo. Que lo dijo Aristóteles. Que el tío sabía una miaja de esto. Pero a lo que vamos:
¿Alcanzar la felicidad, tocarla con la punta de los dedos, si bien sea sólo por un momento, es una tontería?
¿Sí?
Que va a ser mejor sufrir mucho...
Un artista sólo es artista si lo pasa fatal, el tío. Si es pobre de necesidad, presa de un amor desgraciado no correspondido, y padece alguna enfermedad o tara física super chunga. O, directamente, está loco pá amarrarlo.
Que Virginia Wolff, que se suicidó atormentada por todos sus rollos es mejor, dónde va a dar, que Jardiel, que se pegó una vidorra del copón.
O que Oscar Wilde, que fue una loca encantada de escandalizar a las reprimiditas inglesotas de su tiempo...
Ya.

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